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May 29, 2006

Caña de azúcar El nuevo combustible


Aquí esta otra publicación sobre el uso del Etanol: EU se enamoró del etanol

¿cuado pasará esto en México?

El taxista Renato Rico Gutiérrez no tiene ninguna duda de que hizo un buen negocio cuando compró un coche alimentado con etanol extraído de la caña de azúcar. Renato, que recorre una media de 5.000 kilómetros al mes en Sao Paulo, está satisfecho con el ahorro que le supone, no tiene quejas sobre la marcha del vehículo y ya se prepara para comprar un «bicombustible», que le permitirá elegir etanol o gasolina, según el precio más conveniente.

«El ahorro en el trabajo es muy importante para un taxista», comenta Renato, quien aprovechará los incentivos que da el Gobierno en la compra de un vehículo alimentado con etanol. Los taxistas tienen rebajas de un 12 por ciento por la compra de un coche de gasolina y de un 30 por ciento si funciona con energías renovables. Según la Asociación de Empresas del Taxi de Sao Paulo, más del 80 por ciento de los taxistas usan vehículo con etanol, un cambio reciente, pues hace siete años el cien por cien utilizaban gasolina.

Los taxistas elogian el funcionamiento de los vehículos de etanol, que no tienen ninguna desventaja en relación con los de gasolina y ofrecen más fuerza en las subidas. Para hacerse una idea, un vehículo bicombustible con motor de mil cilindros, el más usado en Brasil, cuando consume etanol se pone a 100 kilómetros por hora en 13 segundos y adquiere una velocidad máxima de 157 kilómetros por hora. Cuando utiliza gasolina, tarda 13,5 segundos en ponerse a 100 y adquiere una velocidad máxima de 156 kilómetros por hora.

No es extraño entonces que, desde que Brasil comenzó a producir autos bicombustibles en 2002, todos los brasileños sueñen con uno. En 2005 las fábricas brasileñas produjeron 800.000 bicombustibles y 600.000 vehículos de gasolina. Es la fiebre del bicombustible.

Fernando Rocha Campos, empresario de informática, ya va por su segundo bicombustible. «El coche con etanol funciona mejor que el de gasolina», afirma Fernando, quien recorre una media de 3.000 kilómetros al mes. Fernando fue dueño de un taller mecánico durante ocho años y conoce muy bien los problemas con los que salieron al mercado los primeros vehículos brasileños con biocombustible. «El etanol corroía las piezas y provocaba un desgaste muy grande», recuerda. Eran frecuentes las reclamaciones por lo mucho que tardaban en arrancar cuando hacía frío. «Hoy esos vehículos han mejorado mucho y no tienen ninguna desventaja en comparación con los tradicionales de gasolina», explica.

El aumento del interés entre los brasileños hizo que fabricantes como General Motors, Volkswagen, Fiat y Renault pusieran en el mercado 58 modelos bicombustibles, también conocidos como flexibles, que pueden usar tanto alcohol como gasolina.

Camino sin retorno
«Cuando lanzamos nuestro primer producto —Flexpower— en junio de 2003, estábamos seguros de que sería un camino sin retorno», destaca José Carlos Pinheiro Neto, vicepresidente de GM do Brasil. Entre junio de 2003 y marzo de este año la empresa ya ha vendido en Brasil 328.000 vehículos bicombustibles. El 95,4 por ciento de los automóviles pequeños ya tienen estas características.

La experiencia brasileña trasciende fronteras. El propio George W. Bush, líder de la mayor potencia mundial, resaltó las ventajas del etanol sobre la gasolina y llamó la atención sobre el desarrollo de este combustible en Brasil. Después, el New York Times le sugirió al presidente que la tecnología brasileña que usa caña de azúcar sería más eficaz que el maíz empleado en Estados Unidos.

El éxito brasileño también atrajo al país a gente a la que no le gusta perder dinero, como el gran inversor George Soros, el empresario Bill Gates y los fundadores de Google, Sergey Brin y Larry Page, que están tanteando el negocio del los combustibles biológicos.

El brasileño Emerson Fittipaldi, considerado uno de los mejores pilotos de la historia del automovilismo, anunció este mes que invertirá más de 300 millones de dólares en la construcción de tres plantas de etanol, en Minas Gerais. Fittipaldi, que sabe mucho de vehículos de motor, es uno de los principales defensores del biocombustible. Hasta el punto de que el piloto disputó durante doce años la Fórmula Indy norteamericana, en la que los autos se alimentan al cien por cien con etanol extraído del maíz o del eucalipto.

En febrero, el presidente mundial de Renault, el brasileño Carlos Ghosn, anunció un plan para convertir la empresa francesa en la más rentable de Europa en automóviles para el gran público. Y parte de la estrategia se basa en la experiencia de motores flexibles de Brasil. La empresa calcula que para 2009 la mitad de sus vehículos vendidos en Europa podrán funcionar con una mezcla de gasolina y etanol.

La tecnología de producción de etanol de caña de azúcar se conoce desde hace más de un siglo, pero enseguida quedó arrinconada por los derivados del petróleo. Hasta 1973, cuando Brasil retomó las investigaciones en fuentes alternativas para reducir su dependencia del oro negro.

El 1975, el Gobierno militar de Ernesto Geisel lanzó el llamado programa «Proálcool», que incentivaba la producción de etanol de caña. Entre 1985 y 1986, el 90 por ciento de los coches brasileños consumían etanol, que era más barato que la gasolina y cuya producción estaba más relacionada con el nacionalismo que con intereses ecológicos. Pero tras la salida de los militares se acabaron los subsidios y el etanol perdió terreno, a la vez que los precios del petróleo empezaban a caer. El volver a lanzar de vehículos adaptados al uso de etanol comenzó en 2002, en un proceso impulsado por las preocupaciones medioambientales y el encarecimiento del petróleo. Eso sí, en la actualidad los vehículos están preparados para circular con cualquiera de los dos combustibles, lo que aleja el riesgo de una nueva crisis de producción de caña.

También Malasia y Tailandia
Pero, por más que haya desarrollado esta industria, Brasil no tiene aún capacidad para atender al mercado mundial con biocombustibles. Mário Mugnaini, presidente de la Cámara de Comercio Exterior del Ministerio de Industria, afirmó a ABC que Brasil no tiene capacidad para cubrir todo el mercado, pero sí puede sacar mucho provecho de su experiencia y tecnología. «No tenemos la pretensión de ser los únicos productores de etanol del mundo. Países como Malasia y Tailandia también estarán en condiciones de vender. Pero estamos en vanguardia en la tecnología del sector», explicó.

Brasil ha entrado en una nueva fase del desarrollo de la tecnología biocombustible y el Gobierno multiplica ahora sus inversiones en la producción de biodiésel procedente de otros vegetales, como mamona, soja, girasol, algodón, cacahuete, piñón y palma. La tecnología permite incluso el aprovechamiento del aceite de freiduría, y la cadena McDonald's apoya la investigación de tal objetivo en la Universidad Federal de Río de Janeiro.

En octubre de 2002, el Gobierno de Lula da Silva lanzó el programa «Probiodiesel», que incentiva entre pequeños agricultores la investigación y el cultivo de la mamona y otros vegetales para combustibles biológicos, como una solución también de problemas sociales, principalmente en el norte,la región más pobre del país. Liv Soares Severino, investigador de la estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) y uno de los principales especialistas en este programa, explicó a ABC que la experiencia aún es «turbulenta», ya que se intenta ajustar la producción a la demanda, pero no le cabe duda de que la recompensa en el futuro será grande. Y con este mismo fin, Severino está desarrollando investigaciones de biodiésel de mamona en Campina Grande, en el estado norteño de Paraíba.

Mezclas correctas
Sostiene Severino que la experiencia de Brasil con el etanol ayudará a cometer menos errores en el biodiésel y ya supone una ventaja tecnológica frente a otras potencias. El ingeniero, que ha trabajado también en India y Venezuela, subraya que la tecnología brasileña en este sector está por delante incluso de la de Estados Unidos.

El especialista nos explica que el biodiésel es muy similar al diésel, aunque cada variedad tiene sus limitaciones. El de soja, por ejemplo, se deteriora muy deprisa, y el de mamona es muy viscoso. «Tenemos aún que aprender a hacer las mezclas correctas». Pero el biodiésel ya está disponible y está siendo usado en industrias y vehículos, que aceptan estos nuevos combustibles sin necesidad de ninguna adaptación mecánica.

«Cada vez habrá más demanda de combustibles biodiésel, pero si fuese sólo por la preocupación ambiental el proyecto jamás saldría del papel», nos reconoce el investigador. «Lo que ocurre con este combustible es que por fin es viable económicamente. El hecho de que Bush haya hablado del asunto representa mucho simbólicamente». El futuro se despeja.

Fuente: http://www.abc.es/20060528/prensa-domingos-domingos/cana-azucar-nuevo-combustible_200605280258.html

1 comment:

Anonymous said...

Muy bueno :D